Elfa de orejas puntiagudas
Elfa, nunca me has dicho por qué tienes las orejas puntiagudas.
Seguramente eres capaz de oír los latidos de mi corazón.
Mis latidos son como un lenguaje de señas en la intimidad:
sé que este amor no lo puedo callar ante ti aunque lo intente.
Tratas de ignorarme, haces como que no me escuchas,
pero ya sabes todo lo que he dicho de ti en mi silencio.